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domingo, 30 de septiembre de 2012

Escrito Filosofía 2º BDH

Propuesta:

Luego de observar el video, responde las siguientes preguntas.
1- ¿Por qué es importante conocer cómo funciona la empresa científica?
2- a) ¿Por qué es condenado Galileo?
     b) ¿Por qué se dice que se estaba ante un cambio de paradigma?
3- ¿Cuáles son los problemas insolubles presentes en el sistema diseñado por Eudoxo y Tolomeo?
4- ¿Por qué ante tales anomalías el paradigma contiuó vigente tanto tiempo?
5- Observando el juicio a Galileo, ¿cuáles son los argumentos que este utiliza?
6- ¿Cuáles son las observaciones cotidianas que servían de fundamento para el "plénum"?
7- ¿Cuáles son las anomalías superadas por la obra de Copérnico y cuáles son las nuevas anomalías?
8- ¿Cuál es la cuestión pendiente que retomará Galileo y consolidará Newton?
9- ¿Cuáles son las dos concepciones antagónicas del mundo?
10- ¿Pretende la ciencia ser una descripción veraz del mundo? Justifica.
11- ¿Un cambio de paradigma implica un cambio en el mundo? Justifica. 
 
 
FECHA DE ENTREGA FINAL (sin excepciones ni excusas): Martes 2 de Octubre de 2012
     

Juramento Hipocrático

Video trabajado con 3º BSH y BCB en Filosofía:


miércoles, 1 de agosto de 2012

Prueba de Biología

Esto es para los alumnos de 2° y 3° año para la prueba semestral de biología


Esta prueba constara de 2 partes:
 En la primera parte deberán reunirse en grupo de 4 o 5 integrantes( no mas de ese numero, tampoco se puede hacer solo), el grupo diseñara una presentación en power point sobre los siguientes temas:
 Para 2° año- cavidades corporales, planos de sección, piel (definición y funciones), receptores(definición y clasificación), ojos (todo), oídos( todo), división de sistema nervioso, neuronas, cerebro y sinapsis química y eléctrica.
Para 3° año - sistemas ecológicos, recursos naturales, desarrollo sostenible, acciones de salud. estilos de vida,drogas ( todo) noxas(definición, clasificación y formas de trasmisión), defensas del organismo( barreras primarias, secundarias y terciarias), vacunas y sueros.

En la presentación podrán incluir efectos, colores, imágenes, música, vídeos, etc.

Segunda parte: el día de la prueba de biología deberán traer la presentación grabada en un CD, cada grupo tendrá un tiempo de 10 minutos aproximados para mostrar y explicar los temas de la presentación al resto de la clase.

                                   Saludos   Lesly

jueves, 26 de julio de 2012

El Educador como Intelectual Revolucionario


El Educador como Intelectual Revolucionario
Dardo Velázquez


“El efecto principal de la filosofía es suscitar el espíritu filosófico, la crítica, la sinceridad de la posición mental. La completa sinceridad, saber qué es lo que se ignora y hasta aprender a ignorar, que es más difícil que aprender a saber”[1]
Carlos Vaz Ferreira

Introducción

Los docentes como intelectuales tenemos, en nuestras manos, la ardua misión de mostrar el camino hacia el cambio, debemos liderar la revolución, implantar en los jóvenes el germen del cambio: de la transformación. Pero a ¿qué nos referimos con revolución? Una revolución tiene como objetivo generar cambios rápidos y profundos en el sistema. Como intelectuales, debemos encontrar la forma de burlar el objetivo ideológico que esta de detrás de la educación. Dicho objetivo consiste en: usar a la educación como un mecanismo de reproducción social, o sea de clasificación. Sabiendo de esto, los educadores, debemos apelar a generar conciencia de clase en nuestros estudiantes. Debemos trabajar con el objetivo de precipitar la maduración ideológica. Ya que sólo de esta forma, estaremos contribuyendo a la formación de una sociedad más justa y equitativa.

En este contexto, apostar a una educación en valores, que no sólo se limite al escenario escolar, que tenga como utopía la ética Kantiana, por ejemplo, puede ser la clave. Esos nuevos valores, que debemos tratar de forjar en conjunto con la comunidad, deben apuntar hacia la creación de una sociedad más “humana”, que busque la inclusión y no a la exclusión social. En ese punto, debemos tener muy en cuenta dos aspectos importantes, por un lado lo planteado por Ruben Alves en lo que refiere a la importancia que poseen los que él llama Educadores en la sociedad, y por otro las enseñanzas de Paulo Freire.

Para Alves el educador no es un simple funcionario, es una persona con nombre y apellido, el cual realiza su tarea por amor, pasión: vocación. Su objetivo no es únicamente el lucro, él pretende que sus estudiantes aprendan, que se realicen, que se planteen utopías, etc. Por ese motivo, en la mayoría de los casos, no son considerados “buenos docentes” ya que sus ideas, sueños en muchos casos, no son bien recibidos por el sistema[2].

Para un “educador” cada estudiante es único, posee un “nombre”, tiene características intrínsecas. Es por eso que Alves sostiene la idea de que los educadores cuando pasan por una institución educativa dejan un vacio que solamente puede ser completado por otro educador[3].

Freire, en líneas generales, demostraba que la educación puede y debe transformarse en un medio que favorezca la integración. Pero para esto la educación debe ser entendida como una cuestión de interés común por todos los miembros de la sociedad; y trabajar junto al Estado en la creación y puesta en práctica de políticas sociales.


Problema e Hipótesis de trabajo
Problema:
ü  ¿El  Educador puede hacer la diferencia en el mundo actual?

Hipótesis:
ü  El Educador como intelectual revolucionario puede hacer la diferencia.

A lo largo de este trabajo trataremos de analizar el papel de la educación y del educador tratando de probar que el Docente puede hacer la diferencia, por más utópico que esto pueda parecer. La idea no es volver a la idea de que el Educador puede cambiar el mundo, sino que generar conciencia del papel que tienen las Instituciones educativas en el proceso de “adiestramiento”[4] (socialización) del individuo y el papel que puede desempeñar el Docente en ese escenario. La idea es demostrar que el Educador puede gestar el cambio, si ese es su deseo, y no ser un simple Profesor[5].
Ubicación histórica y desarrollo del tema

Para entender los motivos, que hacen necesaria esta revolución ideológica, la cual posee como objetivo posibilitar un cambio estructural en nuestra sociedad, basta con realizar un breve análisis de la historia de la educación.

Es interesante observar cómo la educación, que en un principio estaba monopolizada por la religión y/o Iglesia, poco a poco fue dando lugar a la llamada “Educación Formal”, pero que el objetivo último, tanto de la educación religiosa como la Formal, es el mismo: formar a un individuo sumiso; un practicante más de la “moral de esclavo” [6] tan condenada por Nietzsche.Un objetivo, que obviamente, responde a los intereses de la clase o grupo dominante ya que así se mantiene en el poder, obtiene la hegemonía gramsciana.

Es desde esta perspectiva, que podemos entender la necesidad de que los gobernantes, usen a la educación, para obtener, no sólo el monopolio de la coerción física, sino que también el dominio ideológico de los individuos; ya que como muy bien lo expresa Max Weber ningún poder se sustenta sin la legitimación.

La ambición, por parte de los gobernantes, de obtener el dominio total sobre sus gobernados es histórica. En la Edad Media por ejemplo observamos que la alianza Iglesia y poder giraba entorno a ese objetivo. En esa época la Iglesia era un pilar del sistema, tenia como función inculcarle a los súbditos la moral cristiana. La cual consistía en un “adiestramiento”[7] ideológico de la población. Vale la pena destacar que en la Modernidad, la Iglesia poco a poco fue siendo sustituida por la escuela en su papel de educacional. Es así que, según Michel Foucault, se instala un rasgo característico de la modernidad: la sociedad disciplinaria, panóptica que tiene como objetivo central formar cuerpos dóciles, susceptibles de sufrir modificaciones[8].

En ese adiestramiento que menciona Weber, es fundamental el papel de los “intelectuales orgánicos”, concepto gramsciano, ya que estos emergen y trabajan según los intereses de la clase dominante, haciéndola hegemónica.

La historia nos muestra que la educación entre los griegos y los romanos, proponía la integración y la subordinación del individuo a la sociedad, mientras que el objetivo de la educación religiosa actuaba para subordinar el individuo a la vida espiritual, ya que la vida terrenal sólo es un “tránsito” hacia otra. Eso ha sido usado, en la práctica, para predicar una moral de sumisión, lo que termina dejándole el campo libre a los poderosos para mantenerse en el poder. La Iglesia y la religión han sido así, durante la mayor parte de su historia, el más firme aliado de la clase (o grupo) dominante.

La moral de los romanos (pre-alianza con el cristianismo) era muy distinta a la moral de los cristianos, era más hedonista; lo que propiciaba al desgaste de la moral, dificultando el dominio sobre las masas.

Desde esta perspectiva podemos entender, por ejemplo, los verdaderos motivos que llevaron a el Emperador Constantino en Occidente y Licinio en Oriente a publicar el famoso decreto llamado “Edicto de Milán” en el año 313 y el posterior “Edicto de Tesalónica” del Emperador Teodosio en el año 380, que terminaron estableciendo la asociación del Imperio Romano con el cristianismo eliminando las anteriores persecuciones. El porqué de ésta asociación está fuertemente ligada al comportamiento y la moralidad demostrada por los cristianos, si todos los romanos pasaran a comportarse y actuaran como ellos se retomaría la necesaria paz en el imperio, y principalmente se oficializaría la moral esclavista del cristianismo.

Esa moral de sumisión, inculcada por el cristianismo, favoreció al poder ya establecido.

Hoy por hoy, la educación esta a cargo de la escuela la cual termina siendo parte de una gran incoherencia ya que debe formar al ciudadano, para la vida democrática (participativa-activa) y también para el mundo del trabajo en el cual debe ser, en la mayoría de los casos, sumiso: obediente.

Hasta el momento hablamos mucho sobre “educación”, por ese motivo consideramos necesario realizar una breve conceptualización: educación, (del latín educereguiar, conducir” o educareformar, instruir”) puede definirse como:[9]
ü El proceso multidireccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. La educación no sólo se produce a través de la Palabra: está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes.
ü El proceso de vinculación cultural, moral y conductual. Así, a través de la educación, las nuevas generaciones asimilan y aprenden los conocimientos, normas de conducta, modos de ser y formas de ver el mundo de generaciones anteriores, creando además otros.
ü Proceso de socialización formal de los individuos de una sociedad.

Podemos observar, en las tres definiciones la idea de socialización, de proceso por el cual todos pasamos, en dicho proceso asimilamos ciertos valores, ciertas normas y creencias que deben ser aceptadas por los individuos. Pero además, en el  proceso de socialización, que tiene como aliado a la educación, el individuo va interiorizado una ideología, la cual responde a los intereses de la clase dominante y que posiblemente fue forjada oficialmente por intelectuales, los cuales responden a los intereses del grupo dominante, así lo expresa Antonio Gramsci: “Los intelectuales son los `empleados´ del grupo dominante a quienes se les encomienda las tareas subalternas en la hegemonía social y en el gobierno político; es decir, en el consenso `espontáneo´ otorgado por las grandes masas de la población a la directriz marcada a la vida social por el grupo básico dominante...[10]. O sea que los “empleados” de la clase dominante, crean poco a poco una ideología que termina legitimando las diferencias sociales: la estratificación.

La ideología, según la Real Academia Española (RAE) es: “un conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc.” Louis Althusser en su obra “Los Aparatos Ideológicos del Estado” aborda el tema de la ideología en la sociedad, desprendiendo el concepto de ideología y elevándolo a una categoría de análisis. En síntesis su estudio es denominado como la ideología de la ideología, en este sentido toma en cuenta el papel de la sociedad como reproductora de elementos ideológicos, la construcción por parte del Estado e instituciones (como la escuela), de una utopía con sustento filosófico, de un proyecto; esto no es más ni menos que una ideología. Althusser considera como Aparatos de Estado, expresión acuñada por Marx, a los elementos reguladores y represores de una sociedad. También distingue en el Estado, los Aparatos Represivos del Estado (ARE): Gobierno, Administración, Ejército, Policía, Tribunales, prisiones y los Aparatos Ideológicos del Estado (AIE): religioso, escolar, familiar, jurídico, político, sindical, de la información y cultural.

            La diferencia entre el Aparato Represivo del Estado y el Aparato Ideológico del estado es que el ARE funciona masivamente por la violencia y secundariamente, por la ideología, mientras que, inversamente, los AIE funcionan masivamente por la ideología y secundariamente por la represión. La ideología está siempre arraigada a prácticas materiales reguladas por rituales materiales definidos por instituciones materiales. En síntesis, la ideología se materializa en aparatos: los Aparatos Ideológicos del Estado.[11] Los diferentes AIE actúan con el fin de mantener el orden social y legitimar la estratificación social. Desde una perspectiva semejante, Foucault nos presenta en su libro “Vigilar y Castigar”, una evolución en los mecanismos utilizados para el adiestramiento de los individuos, desde el primer capítulo (suplicio) hasta el último (prisión), vemos como poco a poco los mecanismos que usaban violencia física pierden terreno para el uso de mecanismos que buscan el control psíquico de los individuos. Para que ese control funcione, es fundamental, el papel de las Instituciones como mecanismos disciplinadores[12].

En general, los grupos dominantes, se mantienen en el poder gracias a la colaboración de los gobernados y oprimidos, ya que son estos los que legitiman el poder de quienes están en el poder. Frente a esa situación la pregunta es ¿cómo los dominantes hacen para que los oprimidos acepten su condición de sumisión?

En general esta situación se mantiene mientras aquellos que mandan son capaces de convertir su poder en derecho legítimo y la obediencia forzosa de quienes se hallan físicamente bajo su dominio en un deber consciente. Y como esto no se puede lograr exclusivamente con la violencia material y una política de orden público, por más contundente que ésta sea, resulta también necesaria la estrecha colaboración de las asociaciones especializadas en la dominación simbólica o ideológica, y en la producción y reproducción de sus mecanismos sociales respectivos. En otras palabras, la violencia material (el suplicio de Foucault) no basta para legitimar la dominación social del Estado; se torna necesario el desarrollo eficaz de la violencia simbólica y psíquica, esto ha evolucionado de formas socio-históricas primitivas a la compleja singularidad de la Escuela[13]. Vale la pena recordar, lo que ya lo expresaban Marx y Engels en el “Manifiesto Comunista”: el Estado “…no es sino un Comité administrativo de los negocios de la clase burguesa.”

            Es por eso que Ángel Pérez Gómez nos dice que: la escuela es el santuario de la reproducción, el mejor y más efectivo filtro social. Que al estar “alejada de las […] preocupaciones de la vida cotidiana, no ha conducido más que al desarrollo efímero de un tipo de aprendizaje irrelevante, que sirve a la función clasificadora y legitimadora”[14] que se aleja cada vez más de “los individuos, sobre todo de los que pertenecen a los grupos sociales […] desfavorecidos”[15].

Weber afirma que la función de la Iglesia es “…la reproducción legitima de una determinada situación de dominación: la legitimación del poder mediante la domesticación de los súbditos”[16], esa reproducción está a cargo de la Escuela a partir de la Revolución Francesa y el posterior proceso de secularización.

Esta domesticación, dice Weber, se produce mediante tres instancias:
ü La imposición de una visión de la realidad, de la sociedad y del lugar que cada hombre concreto ocupan en ellas (es decir, de una determinada interpretación de la cultura, de una ideología relativamente precisa y legitimadora de las relaciones de dominación)
ü El fomento sistemático de los sentimientos existenciales básicos coherentes con dicha representación mediante los ritos y prácticas religiosas y un determinado tipo de relaciones sociales y de relaciones simbólicas en general.
ü La inculpación de un sistema de prácticas (de una moral) coherente con dichas creencias y sentimientos existenciales.[17]

Pero, cuando nos proponemos analizar la realidad debemos saber que, a diferencia de lo que muchos positivistas dicen, la sociedad no es un todo armonioso: homogéneo; si no que es lo contrario, es un mundo heterogéneo y lleno de particularidades y excepciones a la regla. Por ese motivo cuando decimos que la Iglesia y/o la escuela, forjaron una sociedad que exalta los valores como la “mansedumbre”, no nos referimos a toda la sociedad y sí a la mayor parte.

Algunas reflexiones
Lo que intenté sintetizar, a lo largo del último apartado, es mi adhesión a las teorías reproductivistas, las cuales parten de una idea simple: que la educación es una poderosa arma del estado, que trabaja para sustentar el poder de éste; a pesar de que se han desarrollado diferentes pedagogías, la educación ha sido una herramienta de reproducción y afirmación de la ideología dominante. Pero, a diferencia de los reproductivistas, creo que si es posible generar el cambio, estoy convencido de que solamente luchando desde adentro del sistema, usando una de sus principales herramientas: la educación,  podremos gestar el cambio. La pregunta es: ¿cómo?

Cuando intentamos responder a esa pregunta nos damos cuenta de que la tarea no es nada simple, que debemos ser muy creativos y vanguardistas. Y el porqué es simple: vivimos en una sociedad en que los intelectuales[18], trabajan exclusivamente para la clase dominante, al hacer esto terminan trabajando contra la revolución, que hoy por hoy es apenas una idea, y no a favor de ésta. Es impresionante como los grandes de la intelectualidad regional y mundial se centran en hacer “preguntas, preguntas y más preguntas”. Las cuales no son respondidas ni de forma ingenua. El porqué de todo esto es lo que me pregunto. ¿Será que nuestra intelectualidad no tiene creatividad? Posiblemente sí, pero no es sólo eso, es impresionante como está “de moda” hacer preguntas difíciles; difíciles al extremo de no tener respuestas. Y no se trata de una cuestión científica, tratando de plantear una pregunta para “generar” el progreso científico, para acercarnos a la verdad, tomando el esquema de falsabilidad popperiano[19], sino que la idea es hacer “preguntas, preguntas y más preguntas”, con el fin de que todo quede como está.

Temas como educación parecen tener más marketing, ya que como vivimos en una crisis general, una era de transición, todo es muy difuso, la educación se torna un plato lleno para que los “intelectuales” y especialmente los “pseudo-intelectuales” publiquen y publiquen.

Los “ríos de tinta” que se han gastado para hablar de los fines de nuestra educación se pueden resumir en un signo: “?”. La incógnita sobre el futuro hace que se diga mucho y se haga muy poco. La praxis parece ser algo muy utópico, incluso porque careciendo de teorías sólo tenemos “preguntas, preguntas y más preguntas”.

En toda esta problemática culpar al sistema capitalista, que no murió como lo predecía Marx, es la moda. Todos los actores de nuestra educación culpan a sus superiores o a la inactividad de las clases media y/o baja. Todo esto no es más que el escenario caótico que algunos llaman posmodernidad. Lo cierto es que nadie hace nada. Creo que con esto dirán que estoy hablando desde mi alienación al mundo moderno, el cual “generaba y (creía en) metadiscursos”[20], pero en realidad lo que quiero es terminar con el discurso simplista de: “está todo mal”, convencer a la pequeña masa de intelectuales, marxistas y neo-marxistas, (especialmente a los docentes), que deben dejar de crear libros que solamente responden a los intereses del mercado (afán de lucro) y de la clase dominante (legitimando su poder). En otras palabras, que dejen de culpar al sistema capitalista, el cual, para nuestra desgracia, esta cada día más vivo, gracias no sólo a la economía de mercado y al sistema democrático, sino que también al oxigeno que le dan los debates inútiles que ofrece la intelectualidad, la cual no es para nada revolucionaria. No es revolucionaria porque trabaja, la mayor parte del tiempo, a favor del mantenimiento del sistema actual. Además, esas discusiones, por lo general, recuerdan a los viejos debates entre sofistas, tan criticados por Sócrates, eso pasa por qué, la idea de los participantes, no es la búsqueda de una mayor comprensión y sí la de “ganar” el debate, imponer su idea frente a la de su “oponente”. Como lo expresa Vaz Ferreira para que el término “discutir” se mantenga vigente es necesario “hacerlo bien, conservando el espíritu siempre dispuesto y sensible para la comprensión, para el cambio”.

Los “debates se tornan oxígeno para el sistema”, en el momento en que se trasforma en una reunión donde se exponen ideas, se confrontan ideas (en algunos casos) y punto. O sea los resultados, la síntesis de ese choque de teorías, que como vemos no siempre aparece, se queda perdido en el aire: no sale de la sala. Y si sale, es en las hojas de un libro en forma de pregunta… ¡sí, en forma de pregunta! Las respuestas no están en nuestros libros. Es que los intelectuales, por miedo a salir del círculo (perder el “empleo” como lo diría Gramsci), no teorizan, y cuando lo hacen la codifican de tal forma que nadie entiende.

Heinz Von Foerster en su visión pos-moderna del “Mito de la caverna” platónico, nos presenta un mundo (el actual) donde la “realidad verdadera” no causa interés, simplemente importa lo que los medios masivos presentan en la televisión, por ejemplo. Podríamos decir que, para el autor, en este mundo pos-moderno los individuos “optan” por estar “encadenados”[21]. La pregunta es: ¿ellos realmente optan o no encuentran opciones? Posiblemente las dos cosas. Ya que como dijimos prácticamente no se teoriza.

Al parecer los intelectuales quieren una reacción del pueblo, de la masa, pero yo pregunto: ¿cómo la masa alienada (para algunos) reaccionará, si lo único que sabe es que todo está mal?

La verdad es que leer un libro de finales del siglo XX y principio del XXI es un desastre, una reinterpretación (si tenemos suerte) de algún clásico. Frente a todo esto me pregunto: ¿qué diría un clásico si ve lo que se está escribiendo hoy? Posiblemente que la producción de nuestra época se resume a “preguntas, preguntas y más preguntas”.

Frente a todo esto leer a  Gramsci y Paulo Freire, es un aliento, ya que ellos sí teorizan. Es más, la idea gramsciana de que los “intelectuales orgánicos”, emergen "sobre el terreno”[22]y pueden trabajar a favor de los oprimidos, me anima muchísimo, así como la propuesta pedagógica de Freire.

En Gramsci, vemos como la política y la cultura son campos donde se pueden gestar los cambios y/o trasformaciones sociales, lo que representa un quiebre con la idea marxista del determinismo económico. Es por esto que  Waldo Ansaldi sostiene, siguiendo a Hobsbawm, que Gramsci es “el iniciador de una teoría marxista de la política. Pero quizás pueda decirse, mejor aún, que él abre el camino para elaborar una ciencia histórica de la política.”[23]; es así que la política se transforma en un espacio donde se gesta la ideología revolucionaria[24].

Conclusión: El docente como intelectual revolucionario
Los intelectuales, o sea aquel grupo de personas cuya fuerza de trabajo radica en la mente y la cultura más que en lo brazal, debemos dedicarnos a crear, a ser críticos y no “criticones”, teorizar, intentar, plantearnos utopías, etc.

Es por lo anterior, que en el horizonte, de los intelectuales revolucionares, deben estar los principios de Paulo Freire. Es fundamental que cada educador aplique lo que aprendió y lo que aprenderá con sus estudiantes para cambiar el sistema. Con ese objetivo y con un trabajo en equipo se podrá alcanzar resultados importantes.

Al hablar de sistema, debemos referirnos además al capitalismo, el cual esta sostenido por una moral que estimula el individualismo y la competitividad. Esa moral, esta formada por una escala de valores que se opone a las virtudes que enaltecen la dignidad humana, como la ayuda a los más necesitados. En otras palabras, la revolución ideológica a la que hacemos referencia a lo largo de este texto, debe generar la conciencia de que el costo de nuestra felicidad, no puede ser la tristeza de nuestros semejantes.

Freire denunciaba que la pedagogía tradicional, a la cual él asociaba con el concepto de “Educación Bancaria”[25], hacia al educador artífice del proceso educativo, es el docente el que conduce a los estudiantes a una memorización mecánica de los contenidos. Los educandos son sujetos pasivos: “recipientes” en los que se “deposita” el saber.

Freire señala sin embargo, “que incluso una educación bancaria puede despertar la reacción de los oprimidos, porque, aunque oculta, el conocimiento acumulado en los “depósitos” pone en evidencia las contradicciones. No obstante, un educador humanista revolucionario no debería confiarse de esta posibilidad sino identificarse con los educandos y orientarse a la liberación de ambos”[26].

Pero, ¿cómo orientar esa liberación? Esa sin dudas es una pregunta difícil, me atrevo a decir que para eso no hay recetas, la clave es: innovar, usar la creatividad para transformar a la Escuela; abrirla a la comunidad, generar la posibilidad de que todos (estudiantes, profesores y demás miembros de la comunidad civil y educativa) sean participes de un proyecto capaz de transformar la realidad[27]. En este trabajo conjunto (Comunidad-Escuela), es que se torna posible la liberación; transformar a nuestra educación en un efectivo instrumento de integración social y no de clasificación. O sea que podemos transformar, de esa forma, la escuela en una verdadera herramienta para el ascenso social; para la mejora de la situación de todos los miembros de nuestra sociedad. Para esto es fundamental dejar de lado las preocupaciones curriculares y poner énfasis en los procesos formativos de cada estudiante. Considero que no debemos preocuparnos por terminar los programas y si por formar a nuestros estudiantes de forma íntegra, generar la posibilidad de que ellos aprendan a aprender, como lo planteaban los escolanovistas.

Obviamente que no debemos creer en la utópica idea de que transformando la Escuela vamos a transformar nuestra sociedad, pero como lo decía Freire: “no podemos todo [pero] la práctica educativa puede alguna cosa”[28]. Para transformar efectivamente nuestra sociedad y el sistema capitalista actual, debemos politizar a nuestra sociedad, generar en los estudiantes y la comunidad conciencia de que sí es posible el cambio: hacer participes a todos. Hacer con que todos tomen conciencia de que no sólo se puede, como se debe, abandonar la condición de “esclavo” en la que esta inserta nuestra sociedad. La escuela, como muy bien lo decía Paulo Freire se debe transformar en una institución de restauración, que construya “sujetos críticos comprometidos con su acción en el mundo”[29], solo así podemos pensar en una educación que genera autoconciencia y combate la alienación[30]. O sea que así la escuela se transforma en una herramienta de lucha contra la hegemonía y contribuirá con la “emancipación humana pensada por Marx”[31].

Con ese objetivo generar instancias en las cuales se puedan realizar debates productivos (que generen conclusiones), sobre temas próximos a cada uno de los individuos, son fundamentales. Esas instancias se deben transformar en verdaderos hábitos. Es así que construiremos una comunidad que cuestiona, que lucha para mejorar su realidad; posibilitando el surgimiento de los intelectuales orgánicos: defensores de la causa. Estos intelectuales, de la mano con la política, podrán involucrar al Estado en todo ese proceso de cambio. No debemos olvidar que el Estado, es uno de los mayores productores de las llamadas Estructuras de Oportunidades, por lo tanto es un aliado fundamental, a la hora de gestar cambios orgánicos.

Como vemos el trabajo en equipo es fundamental para que se geste el cambio, el Estado, la Comunidad, la escuela y la familia deben ser los responsables de la creación   de los nuevos valores. Los cuales deben responder a lo que Freire llama “ética universal del ser humano”[32]. Todas las instituciones mencionadas, trabajando juntas, lograrán el gran objetivo que es la liberación, todo ese proceso empieza por “lograr la expulsión del opresor de dentro del oprimido”[33], en otras palabras, la clave esta en convencer a todos de que: “otro mundo es posible”.

Para obtener ese objetivo debemos crear “una pedagogía fundada en la ética, en el respeto a la dignidad y a la propia autonomía del educando”[34]. Y principalmente convenceros como decentes del siguiente “imperativo categórico” “obra de tal forma que la máxima que rija tu voluntad se convierta en ley universal”[35].

Todo este planteo puede parecer utópico en algunos aspectos, pero creo que esa es la idea: plantearnos utopías. Las cuales, como muy bien nos dice Eduardo Galeano, nos sirven para saber hacia dónde caminar.


Bibliografía y Fuentes

ALVES, Ruben, “Conversas com quem gosta de ensinar”, Papirus, São Paulo, 2004.

Ansaldi, Waldo, “¿Conviene o no conviene invocar al genio de la lámpara? El uso de las categorías analíticas gramscianas en el análisis de la historia de las sociedades latinoamericanas”, Revista Universitaria Semestral N° 2, Santa Fe, 1992.

Díaz, Esther, “Posmodernidad”, Biblos, Bs. As. 1988.

FREIRE, Paulo. “Política e educação: ensaios”, Cortez, São Paulo, 2001.

Foucault, Michel, “Vigilar y castigar”, Siglo XXI, Bs. As. 2002.

Gramsci, Antonio, “La conquista del Estado”, Siglo XXI, Bs. As. 1998.

Gramsci, Antonio, “La formación de los intelectuales”, Nueva visión, Bs. As. 1972.

JÉREZ MIR, Rafael, “Sociología de la Educación, Consejo Nacional de Universidades, Madrid, 1990.

PÉREZ GÓMEZ, Ángel, “La cultura escolar en la sociedad neoliberal”, Morata, Madrid, 2004.

Popper, Karl, “Conjeturas y Refutaciones”, Paidós, Barcelona, 1991.

Rodríguez, Gabriela, Antonio Gramsci (1891 . 1937)”, CPS. http://www.cps.org.ar/publicaciones_biografias_gramsci.htm.

KANT, Immanuel, Crítica de la razón pura”, Libera libros.
SARUP, Madan, “El profesor posición social y pedagogía socialista”, Revista de Educación, Londres, 1987.

Saviani, Dermeval, “Las teorías de la educación y el problema de la marginalidad en América Latina”, FUMTEP, Montevideo, 1996.

TORRES, Fernando, “Nietzsche y el Superhombre”, Siglo XXI, Madrid, 1999.

Vaz Ferreira, Carlos, Lógica viva”, Losada, Bs. As., 1962.

Von Foerster, Heinz, “Visión y conocimiento: disfunciones de segundo orden”,  Paidos, Bs.As.

ZIENTARSKI, Clarice, “A educação e a escola brasileira: dialogando com Freire e Gramsci”, Revista Iberoamericana de Educación, 2010.


[1] Vaz Ferreira, Carlos, Lógica viva”,  Pág. (?).
[2] ALVES, Ruben, “Conversas com quem gosta de ensinar”, Pág.: 21
[3] ALVES, Ruben, “Conversas com quem gosta de ensinar”, Pág.: 22.
[4] JÉREZ MIR, Rafael, “Sociología de la Educación”. Pág.162
[5] A lo largo de este trabajo utilizaremos los conceptos de “profesor” y “educador” siguiendo la perspectiva de Ruben Alves. Por tanto el “profesor” es un simple “profesional”. O sea es una “pieza” a más que solamente cumple una función adentro del sistema, con el único fin de obtener recursos.
[6] TORRES, Fernando, “Nietzsche y el Superhombre”. Pág. 256
[7] JÉREZ MIR, Rafael, “Sociología de la Educación”. Pág.162
[8] Foucault, Michel, “Vigilar y castigar”, Pág.: 82.
[9] Wikipedia.
[10] Gramsci, Antonio, “La conquista del Estado”, Pág.: 30.
[11] Saviani, Dermeval, “Las teorías de la educación y el problema de la marginalidad en América Latina”. Pp. 120 a 160.
[12] Foucault, Michel, “Vigilar y castigar”, Pág.: 118.
[13] JÉREZ MIR, Rafael, “Sociología de la Educación, Pág. 155
[14] PÉREZ GÓMEZ, Ángel, “La cultura escolar en la sociedad neoliberal”, Pág. 89.
[15] PÉREZ GÓMEZ, Ángel, Ob. Cit., Pág. 89.
[16] JÉREZ MIR, Rafael, Ob. Cit., Pág. 157
[17] JÉREZ MIR, Rafael, Ob. Cit., Pág.159
[18] Aquella persona que dedica una parte importante de su actividad vital al estudio y a la reflexión crítica sobre la realidad.
[19] POPPER, Karl, “Conjeturas y Refutaciones”, Pp. 1 a 500.
[20] DÍAZ, Esther, “Posmodernidad”, Pp. 21 y 22.
[21] Von Foerster, Heinz, “Visión y conocimiento: disfunciones de segundo orden”,  Pág. (?)
[22] Gramsci, Antonio, “La formación de los intelectuales”, Pág.: (?)
[23]Ansaldi, Waldo: “¿Conviene o no conviene invocar al genio de la lámpara? El uso de las categorías analíticas gramscianas en el análisis de la historia de las sociedades latinoamericanas”, Pp. 45 a 65.

[24] Rodríguez, Gabriela, Antonio Gramsci (1891 . 1937)”, CPS.

[25] SARUP, Madan, “El profesor posición social y pedagogía socialista”, Pág.: 07.
[27] ZIENTARSKI, Clarice, “A educação e a escola brasileira: dialogando com Freire e Gramsci”, Pág.: 09.
[28] FREIRE, Paulo. “Política e educação: ensaios”, Pág.: 47.
[29] ZIENTARSKI, Clarice,“A educação e a escola brasileira: dialogando com Freire e Gramsci”, Pág.: 10.
[30] ZIENTARSKI, Clarice, Ob. Cit., Pág.: 10.
[31] ZIENTARSKI, Clarice, Ob. Cit., Pág.: 10.
[32] FEIRE, Paulo, “Pedagogía de la autonomía”, Pág.: 6.
[33] FEIRE, Paulo, Ob. Cit., Pág.: 2.
[34] FEIRE, Paulo, Ob. Cit., Pág.: 5.
[35] KANT, Immanuel, Crítica de la razón pura”, Pág.: (?).